Cuando la historia comience a recopilar la primera década del siglo 21, describirá zigzagueantes movimientos políticos en nuestro territorio. Con el comienzo marcado por la elección masiva de la población por una alianza que corrigiera el rumbo en materia de corrupción, no así en lo económico, que marcó según opiniones de muchos, la década del noventa. Pero al poco tiempo, en lugar de lo uno tuvo que modificar lo otro, por la debacle del modelo que no pudo, o no supo ser continuado.
Una elección presidencial, con un peronismo dividido que llevó a Presidente a alguien que logró la menor cantidad de votos, quien a su vez, vio como única posibilidad para transformar su debilidad en virtud, redoblando la apuesta, a la transversalidad, que originó la división de la oposición y de los llamados "radicales k".
Esta corriente sumó, vale aclararlo, también a otras orientaciones políticas. Durante varios años, varios mandatarios provinciales, se pasaron al kirchnerismo, y defendieron el nuevo modelo, porque recibían a cambio un sustento para el nuevo status quo predominante. Esto llevó a que Julio Cobos sea el Vicepresidente de Cristina Kirchner en la fórmula más votada por la ciudadanía en el 2007.
Pero pasados apenas dos años de aquella inclinación, el zigzag de la política argentina modificó una vez más la gobernabilidad.
Hace pocas semanas, los argentinos se sorprendían al leer una solicitada en los diarios, firmada por más de la mitad de los gobernadores, rechazando una reforma al reparto del impuesto al cheque, por más que dicha iniciativa, aún sin resolver, los favorecería en la coparticipación notablemente. Varios de ellos, seguramente presionados por el poder central, sostenían que en realidad era más beneficioso para las provincias estar atados a las indicaciones del matrimonio presidencial, ejecutor de los presupuestos provinciales, que recuperar ellos mismos el poder de decisión para lo cual fueron elegidos.
A medida que vayamos acercándonos a la elección presidencial del 2011, comenzará en cada jurisdicción la discusión acerca de la conveniencia o no de haber sido aliado incondicional de un proyecto, que tal vez llegue a su fin.
La Provincia de Neuquén nos da una muestra tal vez de ello porque, a muy poco tiempo del comienzo de un nuevo ciclo por parte del Gobernador Jorge Sapag, con una orientación K (propia y de sus legisladores en el Congreso Nacional) la ciudadanía parece rápidamente volcarse nuevamente a la orientación anterior, pidiendo al ex mandatario Jorge Sobisch su rápido retorno. Parece confirmar ésto que en las próximas internas a realizarse el tercer domingo de agosto, el actual Gobernador, que iba a mostrarse prescindible, se ve obligado a intervenir para intentar retener el poder ante el creciente mal humor social.
Conversamos con Jorge Sobish en Radio Digital, quien nos dio muchos detalles acerca de la actualidad en su estado provincial, y su visión de la realidad nacional:
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